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Derek

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“Salí de una casa pequeña, con paredes de piedra y ventanas de madera. Al abrir la puerta me  encontré con unos grandes pastizales que me superaban en altura. Salí y  me abrí camino entre la hierba, anduve mucho rato acostumbrándome a sentir el pasto fresco en mis manos. El camino seguía igual, no sabía hacia donde ir pero creo que iba en una sola dirección, sin dar vuelta, como si supiera a donde llegar.

De pronto pude ver las copas de los árboles tras el pastizal, veía el color naranja de las hojas, parecía un bosque otoñal. Yo estaba perdido en esta imagen, sin detenerme, sólo caminaba en la misma dirección y cuando menos lo pensé el pastizal verde terminó y  me encontraba entre aquellos árboles, pisando ahora el pasto seco. Era un bosque muy hermoso, tranquilo y mágico, yo seguía mi camino en línea recta, sólo desviándome para rodear algunos árboles pero siempre iba por la misma dirección. El sol, que se escondía detrás de los árboles, desapareció en un segundo para dejar entrar la noche. En ese instante llegué a un puente de piedra y cuando puse un pie en este, un carruaje con animales que parecían muñecos de tela pasó del otro lado, rápido y sin detenerse. Yo tampoco me detuve, seguí caminando.

A pesar de ser de noche el bosque no parecía sombrío,  entre más caminaba más se disolvía la obscuridad. Seguí mi camino hasta que por fin vi una luz  brillante que era el final de un sendero formado por los árboles, lo seguí hasta llegar a un nuevo lugar, era hermoso, impresionante.

Ahora estaba en un claro que brillaba por la luna, miré al centro y vi una fuente, con seres alegres que reían y cantaban en un idioma desconocido. La luz de la noche me hacía sentir cálido y seguro, así que me acerqué a la fuente y uno de esos seres fue a encontrarse conmigo. Pude verlo claramente, era muy pequeño, tenía alas y un vestido muy lindo, se me acercó y besó mi frente…”



—¡Miren, Está despertando!

—¡Es cierto! ¡Vengan a ver!

El joven escuchaba voces a lo lejos, abrió los ojos lentamente.

—¿Cuál es tu nombre?-preguntó un anciano con unas orejas peculiares.

Derek vio a las personas en la habitación, no conocía a nadie y al buscar en su memoria, tampoco pudo encontrar caras conocidas. Observó a las personas con más cuidado, todas tenían orejas extrañas y colas largas.

—¿Qué sucede? – se preguntó. Llevó una mano a su cabeza y sintió unas orejas extrañas, no podía verse pero supuso que eran como las de esas personas.

—Dénle espacio – exclamó el anciano callando las voces – necesita relajarse - ¿Cuál es tu nombre?- repitió el hombre.
Derek se incorporó y trató de contestar.

—Mi nombre… es Derek, eso creo –contestó inseguro, pues acababa de recordar su nombre.

—No te preocupes, sé que es extraño no recordar nada, pero irás creando nuevos recuerdos – dijo una chica que estaba junto al anciano.

— Es cierto, no puedo recordar nada – exclamó Derek preocupado – sólo un sueño.

—Ese es tu último recuerdo – exclamó el anciano – es la última vez que fuiste humano.

— ¿A qué se refiere? En mi sueño…

—Espera – lo interrumpió – no debes contar este sueño, si no, no cumplirás tu misión, aquella por la que dejaste de ser humano, para convertirte en dragón.

— ¿Entonces…? – Hizo una pausa - ¿Soy un dragón?

—Aún no por completo, pero sí, eres un dragón– contestó el anciano con una sonrisa –Dicen que cuando un humano, desde el fondo de su alma, pide transformase lo logra. Felicidades, tú lo has logrado.

—Pero, ¿Por qué alguien pediría ser un dragón? – Derek se levantó de la cama donde estaba sentado- ¿Cuál es la misión que debo cumplir?

—No lo sé, no todos los dragones consiguen saber su misión, o el deseo que los llevó a ser dragones, pero no te preocupes, sé que lo cumplirás.

Las palabras del anciano le parecían confusas, era muy extraño todo.

Después de la plática, decidieron dejar solo al muchacho. Derek se quedó sentado, observando a su alrededor, figuras de cerámica y algunos muñecos, a pesar de no tener recuerdos se imaginó que la habitación era de una persona joven, quizá la chica que estaba cuando él despertó.

Cuando decidió salir de la casa en la que se encontraba, vio en el cielo varios dragones volando, pero no como la gente que estaba con él en la habitación si no “verdaderos dragones” con escamas, alas y cola. Uno de ellos pareció verlo y se le acercó, descendió del cielo lentamente mientras cambiaba de forma, era la chica que estaba en la habitación.

—¿Qué te parece?  Yo puedo transformarme -dijo la muchacha muy contenta al tiempo que sacaba algo de su bolsillo- Tengo que darte esto.

—¿Qué es esto? – Derek lo observó con cuidado.

—Es un Talismán que te dejará entrar a la montaña, aún no tiene poderes pero ahí obtendrá su verdadero valor – dijo apuntando a la montaña- Debes ir ahí para aprender a transformarte.

—Gracias – sonrió Derek.

—De nada – contestó la chica – espero que después de ir se aclaren algunas cosas para ti, yo tampoco tengo recuerdos así que sé lo que estás pasando.  

—Gracias – repitió el muchacho- creo que iré.

—Bueno, tengo que irme, nos vemos – sin esperar respuesta, se transformó y retomó el vuelo.

Derek miró al cielo, los dragones volaban con un medallón colgado al cuello, cada uno parecía mirar el suyo cada cierto tiempo.
—Me pregunto cuál será el poder del medallón – se dijo – será mejor ir de una vez, quiero aclarar las cosas, aunque sea un poco.

Derek caminó en dirección a la montaña, en el camino vio los árboles y casas de otros dragones, era una comunidad pequeña, al fin se topó con una muralla muy alta y un gran portón azul, al lado de la puerta estaba el anciano que habló con él.

—Señor – dijo Derek algo ansioso - ¿Qué hay detrás de la puerta? ¿Es peligrosa la montaña?

—Cada uno ve algo diferente, es parte del camino, lo sabrás cuando lo veas.

— Está bien – contestó nervioso – entraré.

— Buena suerte muchacho, espero verte pronto volando sobre nuestro pequeño pueblo, ¡Hasta pronto!

El anciano que lucía cansado y débil se transformó para sorpresa de Derek, en un gigantesco dragón rojo, con mucha fuerza y mirada profunda.

El joven entró al portón de la muralla, dentro se encontró en una sala con dos puertas más, una azul y otra roja, una a su derecha y la otra a su izquierda y en el centro una mesita pequeña con una esfera. Derek veía con especial curiosidad a esa esfera transparente, se acercó mucho hasta casi tocarla con su nariz pero de pronto  se escuchó un sonido fuerte y retrocedió, entonces pudo ver una luz que venía de ahí.

—Tienes la oportunidad de ser humano otra vez, recuperar tus recuerdos y el tiempo que llevas aquí, pero si lo haces nunca podrás ser dragón nuevamente.

Una luz pequeña y color roja salió de la esfera y se puso en frente de la puerta roja a la izquierda. Derek miraba todo esto muy asombrado, de alguna forma le parecía emocionante.
La voz continuó hablando.

—Puedes ser un dragón, transformarte y ganar increíbles poderes, pero quizá nunca recuerdes tu vida pasada y no tendrás la oportunidad de ser humano de nuevo.

 De la esfera apareció una luz ahora color azul, la cual se acomodó frente a la puerta azul de la derecha.

Derek estuvo pensativo un rato, sacó de su bolsillo el medallón que le dio la muchacha y recordó las palabras de la gente que estuvo con él hace unos momentos, eran sus únicos recuerdos. La decisión, como es de imaginarse, no era nada fácil, ser dragón o ser humano no significaba mucho para él, era tomar una decisión a ciegas, sin saber que se gana o que se pierde. Lo pensó un momento, pero no se detuvo demasiado.

— Iré por la derecha-dijo el muchacho decidido, “Si elegí ser un dragón, debe ser por una buena razón”.

La puerta azul se abrió, sólo se veía obscuro, pero cuando Derek puso un pie dentro de la puerta, la luz  iluminó todo dejando ver un camino de árboles y al final la entrada a un pasillo. Derek caminó hacia el pasillo, volteó atrás pero la puerta había desaparecido, de pronto escuchó una voz.

—El Talismán  te guiará en tu camino, azul significa sí y rojo significa no, tienes cuatro días.


—¿Cuatro días para qué? ¡Hey! ¿Hay alguien ahí?- preguntó desesperado.

Nadie contestó, el lugar quedó solo, así que decidió seguir su camino y entrar al pasillo. El pasillo era de piedra, era tan angosto que no podía extender los brazos, sin embargo el camino le producía una sensación agradable.

—Día 1—


Al final del pasillo había una pequeña glorieta, con una fuente en el medio y cinco puertas. Eran unas casitas de piedra con tejas rojas y cada una tenía una simbología en la parte superior de la puerta.

La primera tenía un reloj, la segunda un corazón, la tercera una olla de cerámica y la cuarta no tenía más que un letrero vacío. La última puerta era azul, muy parecida a la puerta por la que entró al inicio.

—Qué lugar tan extraño, debería investigar un poco y buscar un lugar para  quedarme,  si es que necesito más de un día para  mi misión—dijo Derek muy sorprendido de aquél lugar— me pregunto qué es lo que necesito hacer - Es injusto- se dijo pensando que no sabía cuál era el objetivo.

Lo primero que hizo fue ir a la fuente, tenía pétalos blancos en el agua y algunas monedas, vio su reflejo, que para su sorpresa era algo diferente, no tenía cola ni alguna característica de dragón, quizá era él cuando era humano. Esta visión desapareció rápidamente y volvió a verse como siempre.

—Será mejor apresurarme— se dijo dirigiéndose a las casas.

Tocó en la puerta del reloj, que se abrió aparentemente sola y en cuanto puso un pie dentro sonó una voz que dijo “Faltan cuatro días”. Era un niño como de tres años, que estaba sentado en un banquito de madera viendo fijamente a Derek.

—¡Ah! —Derek se sorprendió— ¡Hola! Perdón por entrar así —dijo el joven— Estoy un poco perdido.

El niño no contestó, riendo bajó del banco y tomó un reloj de la pared.

Derek se dio cuenta de la gran cantidad de relojes que había en la casita, relojes de cucú, de pared y manecillas, con marcos distintos y muchas figuras diferentes.
Ya no hizo más cosas en esa casa, el niño no contestaba preguntas y la casa sólo tenía una habitación. Se retiró y tocó en la segunda puerta.

La puerta se abrió y algo salió muy rápidamente de la habitación, Derek no alcanzó a ver que era, pero al entrar pudo imaginárselo: Había un señor haciendo figuras de barro y a su alrededor algunos animales  de barro que corrían. Derek preguntó algunas cosas al señor pero no contestaba, sólo repetía una frase:

“Buenas tardes señor, siéntase cómodo, dígame ¿Cuál es su pedido?”

Lo repetía cada que escuchaba a Derek hacer un sonido, lo cual terminó por desesperarlo. De pronto un roedor de barro pasó entre las piernas de Derek, el joven volteó a ver a donde iba, en la puerta había una niña pequeña, como de 5 o 6 años que tomó al roedor en sus brazos.

—¿Quién eres? No tenemos visitas por aquí—dijo la niña muy sorprendida.

—Me llamo Derek – contestó – ¿ese ratón es tuyo?

— Es una chinchilla – contestó la niña – es bonita ¿verdad? ¿Te gustan los animales?

—Sí, pero – Derek iba a explicar su misión a la niña, pero ella no le puso atención, salió de la casa. El muchacho la siguió, pues no sabía a donde ir.

Ella entró a la puerta con un corazón, dentro había una casa muy colorida, con peluches y animales de barro.

—Me llamo Sofía – exclamó la niña.

—¿Y estos animales? – preguntó Derek intrigado por ver tantos.

—Mi papá hace animales de barro,  trabaja todo el día, no se detiene ni un momento— Sofía parecía triste —  quiero hablar con él pero ya no viene a casa, se la pasa siempre en el taller —continuó —¿Puedes ayudarme? Luces un poco raro pero quizá tienes poderes o algo que pueda ayudarme.

—Lo siento, yo no tengo poderes, vine aquí para ver si puedo conseguirlos.

Sofía se vio decepcionada pero siguió con su conversación.

—¿Sabes? Deberías ocupar la puerta de al lado, esta deshabitada, no sé quien vivía antes ahí pero no hay nadie, y es peligroso estar fuera en la noche, o eso decía mi papá ¡Dice que hay monstruos!—dijo la niña un poco emocionada, recobrando los ánimos.

— Gracias — contestó. Pensando que no podría obtener más pistas salió a la glorieta, caminó un poco por los alrededores y cuando llegó el atardecer, Derek se acercó a la puerta sin letrero y sacó su medallón, que se volvió color azul.

— ¡Qué bien! Supongo quiere decir que puedo quedarme.

Derek fue a la habitación, lucía vieja y tenía muchos libreros pero seguía siendo un cuarto normal a diferencia de los otros lugares.
Al caer la noche, el joven se acostó en su cama y escuchó muchos ruidos del exterior, quizá eran los monstruos, pensó en salir pero tuvo miedo, así que mejor cerró los ojos y en un instante se quedó dormido.

—Día 2—


Derek se despertó temprano preocupado por el tiempo que tenía para su misión. Salió a la fuente para buscar alguna pista pero sólo vio los animales de barro que hacía el señor. Decidió inspeccionar las casas con más cuidado, así que entró primero a la del reloj, al abrir la puerta sonó una voz “Faltan tres días”, se sorprendió de nuevo y buscó al niño pero al entrar ya no encontró al niño pequeño, si no un joven como de 15 años, muy parecido al niño.

—Disculpa, ¿eres hermano de ese niño? No te vi ayer, ¿sabes si puedo ayudar al señor de la casa del barro?

—Yo no tengo hermanos—dijo el joven. Se sentó en el banquito y ya no contestó a las preguntas.

En la pared había una llave en una caja de cristal, todo sobre un estante, Derek se acercó y leyó una nota que decía: “Si lo logras, este es tu premio”

—¡La llave de la puerta! ¿Todo lo que tengo que hacer es obtener la llave y pasar la puerta azul?—Derek se quedó  pensativo— Disculpa, ¿Podrías darme esa llave?

El joven no contestó, así que decidió  tomar la llave pero antes de hacerlo checó su medallón, se puso color rojo.

—No… parece que no es la manera, seguiré investigando. — se dijo decepcionado.

En el resto del día perdió un poco el tiempo, no encontró pistas hasta que visitó varias veces la casa del papá de Sofía. Los animales de barro parecía que le apuntaban algo. Derek miró en la espalda del hombre y encontró una pieza de metal, pero incompleta, parecía que necesitaba una parte.

Derek miró su medallón, era color azul.

— ¿Realmente el medallón es una guía? — se preguntó, pero no quiso perder más tiempo, así que no lo pensó más. — Me concentraré en buscar la pieza que falta.

Salió de la casa al atardecer y después de dar algunas vueltas por las casas y la glorieta volvió a la casa de los relojes, de nuevo hubo el sonido “Faltan tres días” pero ahora encontró un joven un poco más grande, como de unos 20 años, parecía ser el mismo de antes pero crecía rápidamente.

Derek se asustó con esto último y se sintió presionado, era tarde, era el segundo día, sólo tenía el resto de la noche y dos días más para su misión, salió rápidamente pero al ver que era tarde prefirió entrar a la casa a reflexionarlo un poco.

Dentro escuchó de nuevo los ruidos extraños de la noche anterior, revisó su medallón y se puso de color azul.

—Parece que debo salir a ver — se dijo preocupado — ¿De verdad serán monstruos?

En el centro ya no estaba la fuente, estaba un gran árbol de flores blancas que sobresalía sobre las casas, alrededor de éste parecía haber luces de color blanco y verde, arriba vio a una persona.

— ¡Oye! ¿Quién eres? –Nadie contestó.

El escenario le parecía impresionante, volvió a intentar hablar con la persona del árbol pero esta parecía no escucharla, por lo que decidió trepar. El árbol era muy grande, entre más subía más difícil era, pues las ramas se resistían a dejarlo trepar. Al fin llegó a una rama que estaba más cerca y pudo ver a la persona, estaba de espaldas, parecía ser una mujer, quizá de su edad.

— ¡Hola!— dijo Derek amablemente—¿Sabes algo sobre este lugar? — No hubo respuesta.

—Trato de conseguir una pieza de metal— continuó Derek, La chica, sin voltear, levantó su mano, tenía en ella la pieza de metal.

— Esa es — exclamó emocionado.

Ella volteó, era una chica muy hermosa, la más bonita que había visto (O eso le pareció, pues no podía recordar muchas personas realmente).

Derek miró su medallón, ¡era azul! ¡Era la pieza que buscaba! El joven se sorprendió  y volteó con la muchacha pero escuchó una risa y la cara de la joven se transformó con un gesto malvado. El joven se sintió amenazado y tuvo una sensación extraña en la garganta, como si algo le quemara. Momentos después una garra golpeó a Derek y cayó al suelo.

—Día 3—


Despertó en el cuarto de la niña, rodeado de muñecos que le hacían sentirse cómodo.

—¡Despertaste! ¿Viste algún monstruo de noche? ¿Cómo son? — Sofía le hizo muchas preguntas, quería saber que había en la noche, pero no se atrevía a salir.

—Sofía… ¿Qué hora es?—Derek se preocupó por el poco tiempo que le faltaba, la niña no supo contestarle, así que salió a la plaza, el árbol ya no estaba ahí, ahora estaba la fuente
.
Derek se dirigió a la puerta del reloj y entró.

“Faltan dos días” Derek se estremeció, ahora había un señor. Derek no intentó hablar con él esta vez,  se apresuró a ver la hora en los relojes, ya era medio día.

— Debo concentrarme — se dijo — debo buscar esa pieza, quizá sea la clave para superar la prueba.

Salió corriendo a la plaza a inspeccionar la fuente, vio varias monedas en ella, seguramente de Sofía que era la única que salía de su casa, se asomó a la fuente y de pronto sintió que algo lo jalaba del pantalón , al voltear, la chinchilla estaba bajo sus pies, tratando de llamar su atención. El roedor salió corriendo y Derek lo siguió. Entró por un orificio de la puerta de la casa donde Derek había dormido, así que entró.

Lo vio pasar tras un librero de la habitación, así que  lo movió y encontró una puerta pequeña.

— ¿Qué es esto? — Derek revisó su medallón, era color azul— ¿Realmente es así?

Quería pensar en ello pero se sentía presionado por el tiempo, así que prefirió confiar en la voz que le dijo que azul era sí. Se agachó y entró por la puerta pequeña. Tras ella encontró un pasillo.

El pasillo era largo pero al llegar a su fin encontró un bosque con flores de colores distintos y árboles muy grandes, en éste había un castillo blanco, parecía abandonado. La chinchilla de barro lo había seguido, ésta se paro frente a la puerta del castillo. Derek se acercó al roedor y este empezó a moverse, cada vez se hacía más grande y parecía que iba a pararse como los humanos. La chinchilla se transformó en un soldado de barro, aún era un roedor pero con una forma más humana. Derek trató de pasar pero no lo dejaba, empezó a atacarlo. Se escondió entre los árboles y sacó su medallón para buscar guía pero el medallón se veía rojo.

— Esto es muy confuso — se dijo.  

El roedor era muy rápido y logró golpearlo algunas veces, Derek empezó a sentir miedo y tuvo de nuevo esa sensación en la garganta, como que algo le quemaba, como si quisiera salir de su garganta. Miró de nuevo el medallón y éste se volvió azul.

Derek se paró frente al roedor y cuando éste trató de atacarlo dejó salir lo que sentía en la garganta, una pequeña bola de fuego azul golpeó a la chinchilla que se quemó hasta romperse el barro.

Entre los escombros de barro salió la chinchilla, pero ahora como un animal común, que le dijo:

“Libera a mi amo y a todos los demás”

Y desapareció en el bosque. Derek se sorprendió, pero de nuevo recordó el tiempo que tenía y se apresuró al castillo.

Estaba atardeciendo, pronto sería de noche. Llegó  al interior del castillo, corrió por un pasillo largo con un tapete azul. Siguió por este pasillo hasta llegar a una habitación con sólo una ventana y una lanza en el centro. La lanza se veía brillante, podía ver su reflejo en el metal, en el centro tenía una joya azul, que le pareció especialmente bonita. Derek volteó a ver su medallón y éste se puso azul.

— ¡La lanza debe ser la solución! — se dijo emocionado.

Sin embargo después, se puso color rojo. Derek volteó, por la ventana vio que era de noche.
Desde el fondo de la habitación todo se rompía y se volvía completamente negro.

— ¿Qué sucede? — se preguntó asustado el muchacho, trató de tomar la lanza pero el suelo empezó a caerse, no tenía tiempo así que la dejó ahí.

Derek corrió a la entrada, el suelo tras él se caía. Al fin llegó a la entrada y corrió a la puerta pequeña por la que salió, entró y llegó a la habitación. En cuanto estuvo a salvo, miró de nuevo la puerta, pero ya no estaba.

— ¿Qué voy a hacer ahora? Parece que necesito esa lanza.

Se escucharon ruidos extraños afuera, era de noche, seguramente el árbol estaría ahí de nuevo. Salió y lo encontró de nuevo, aun se veía la chica en las ramas del árbol. Derek pensó que podría subir y lanzar fuego para golpear a la joven y tomar la pieza de metal. Subió con cuidado para no llamar su atención y cuando estuvo de espaldas la vio jugar con la pequeña pieza de metal, escupió una esfera de fuego pero la chica volteó y la apartó con su mano. De nuevo una garra lo golpeó y cayó del árbol.

—Día 4—


— ¿Por qué estas tirado en la plaza todas las mañanas? — era la voz de Sofía, pero esta vez en la casa donde Derek se alojaba—Voy a jugar un rato, si quieres jugar conmigo te espero en mi casa.

La niña salió, Derek recordaba el tiempo que tenía y corrió a su librero a buscar la puerta pero la puerta no apareció.

— ¡No tengo tiempo! ¿Cómo puedo entrar de nuevo?

Derek buscó por todos lados, sabía que no podía buscar la lanza en la noche y que era el último día, revisó la habitación un rato pero vio que su medallón se pintaba rojo. Derek salió a la glorieta y vio la casa del relojero.

— Último día — se dijo Derek, pensando que eso diría el relojero. — ¿Qué sucederá si terminan los días y no consigo superar la prueba? Ya no seré humano, pero tampoco seré dragón del todo.

Derek se preocupó con estos pensamientos, entonces vio su medallón.

— Debes servir de algo — dijo con el medallón en la mano, caminó por las puertas, hasta que su amuleto se volvió azul en la puerta con el corazón.

—Aquí es — se dijo y entró a la casa de Sofía.

— ¡Hola! Qué bueno que vienes,  siéntate aquí — la niña le indicó una mesita, cargaba a la chinchilla, que ahora ya no era de barro — ¿Ya viste lo que pasó con mi amiga? Es gris ahora, no café como el barro.

El medallón se volvió azul, la chinchilla bajo rápidamente de las manos de la niña y salió, Derek salió corriendo tras ella, Sofía trató de detenerla pero era muy rápida.

El pequeño animalito gris lo condujo a la parte de atrás de la casa, había unas tablas tapando una puerta igual a la que estaba en su casa el día anterior.

—¡No!—Derek volteó, Sofía los había seguido—Mi papá me decía que no debía entrar a esa puerta, él entro y después no volvió a ser el mismo, ¡No vayas! — exclamo la niña asustada.

—Sofía, voy a ayudar a tu papá, confía en mí — dijo muy serio — debo entrar.

Sofía quería detenerlo, pero lo dejó entrar.

Derek entró con el roedor a la puerta, llegaron al mismo lugar de antes pero los colores del castillo cambiaron, ahora era negro. Derek tuvo miedo pero se armó de valor y pasó la entrada. La chinchilla ya no le siguió.

El pasillo era más largo que la vez anterior y a pesar de ser de día estaba  más obscuro, tenía algunas lámparas. Caminó mucho rato hasta llegar a la habitación de la lanza, aún era de día.

Se acercó para tomarla y entonces varios animales de barro aparecieron y se transformaron al igual que el roedor. Eran un oso, una ardilla y un gato, todos tomaron una forma más humana. Derek les lanzó fuego pero no rompió el barro, parecía funcionar pero sería una pelea más lenta. Los animales tenían ventaja, eran más. Derek se escondió tras un pilar para lanzar bolas de fuego pero no lo consiguió, finalmente se abrió paso y tomó la lanza. La joya azul del arma brilló y apareció fuego en esta, como las llamas que lanzaba el muchacho. Con el arma se sentía más ligero, brincaba alto y pudo derrotar a los animales que después tomaron su forma original.
Estaba llegando el atardecer, Derek se apresuró a salir del castillo.

—Esta lanza es impresionante, con esto espero poder obtener la pieza de metal.

Llegó a la salida y se dirigió a la plaza, estaba anocheciendo. Dejó de fluir el agua de la fuente, un pétalo blanco cayó al agua y del centro de la fuente creció el árbol que había aparecido antes, la fuente era escombros ahora. Derek subió con la lanza en la mano, ahora era mucho más ágil, por lo que no tardó en llegar. La chica aún estaba ahí.

—¿Quieres esto?—dijo la chica muy seria.

—Sí… — contestó Derek.

—¿Qué eres tú? No eres humano, y no eres un dragón aún.

—No lo sé, espero pronto ser un dragón.

La chica trató de golpearlo pero él anuló el golpe con su lanza, ella utilizó su otro brazo que se transformó en una garra y consiguió tirarlo. Derek se acomodó para caer de pie junto al árbol, si se desmayaba todo habría terminado. Ya en el suelo subió de nuevo, con saltos muy grandes, al estar cerca de la chica lanzó una esfera de fuego azul que quemó parte del pelo de ella.

La chica gritó asustada y se elevó un poco en el cielo. Derek estaba sorprendido de verla flotar.

—¡Derek! ¡Si eres un dragón tienes que volar!—escuchó la voz de Sofía, miro abajo y ahora había un abismo bajo sus pies, se había formado un agujero muy grande, sólo quedaba una banqueta delgada alrededor de las casas. La niña estaba en la orilla, y el árbol caía con él, miró hacia arriba y vio a la chica que flotaba en el aire.

—¡Nunca serás humano, ni mucho menos un dragón!

De pronto Derek sintió que caía, miró hacia abajo y pudo ver un abismo con agua al fondo, su medallón había salido del bolsillo y caía con él, era rojo.

—No debo caer— se dijo asustado.

Derek movía los brazos pero no conseguía elevarse, sintió quemarse su garganta y después sintió que se quemaba completamente, cerró los ojos para tratar de concentrarse.  Cada vez caía más, sintió el agua en sus pies y poco a poco se hundía, trataba de nadar pero una corriente lo jalaba más abajo. Abrió un poco los ojos, podía ver a Sofía y a la chica flotando, muy lejos de él, tenía que hacer algo.

—No puede terminar así — se dijo.

De pronto vio iluminarse todo y la sensación de que se quemaba desapareció,  empezó a subir rápidamente, sin poder explicárselo.  Sofía sonreía y cada vez le veía más cerca, la chica del árbol se veía molesta y  lágrimas salían de sus ojos.

— ¡No! — se escuchó un grito y la chica utilizó su garra de nuevo, pero Derek la logró detener. Sintió de nuevo que garganta le quemaba y soltó una llamarada azul, la chica se quemó con el fuego azul y cayó en la orilla del precipicio, soltando la pieza de metal. Derek se apresuró a volar por la pieza antes de que cayera al agua, logró tomarla a tiempo.  Cuando la tuvo en sus manos pudo ver una figura en el agua, algo majestuoso, un dragón azul, era su reflejo.

— ¡Soy un dragón! — se dijo. En el agua pudo ver el medallón que flotaba, no era absorbido por la corriente. Recordó su misión y tomó el medallón, después se elevó para salir del precipicio.

Derek subió y se paró en la orilla, se apresuró a la casa del papá de Sofía. Tomó su forma original y entró a la casa, colocó la pieza de metal en la espalda del señor y  se adhirió perfectamente. Después la pieza completa se cayó, liberando al papá de Sofía de su hechizo.
El hombre se levantó, miró a su alrededor las figuras de barro. Todos los animales  se empezaron a romper y volvieron a la normalidad, después huyeron de la habitación.

— ¿Qué ha pasado? ¿Qué es todo esto?

— ¡Papá!—Sofía había entrado a la habitación.

Mientras el padre y su hija se abrazaban Derek recordó la llave y corrió a la casa del reloj, el anciano estaba en una cama, era realmente viejo.

—Lo lograste—fueron sus últimas palabras. Una llave apareció en las manos del joven, ya no había nada en la caja de cristal.

Derek salió y vio el centro de la glorieta,  el precipicio había desaparecido. En la orilla de la fuente, estaba la chica del árbol llorando.  

— ¿Qué sucede?— se preguntó Derek mirando el medallón, era color rojo.  

Derek se quedó parado un momento y sin pensarlo más se acercó a la chica.

—¿Estas bien?— preguntó.

— No — dijo molesta la chica— Perdí mis poderes, se fueron con esa llave.  — dijo apuntando la llave de Derek.

—¿Mi llave? ¿Pero cómo es que todo esto te afecta? – Derek estaba preocupado, su felicidad parecía la desgracia de alguien más.

— Yo hice  una prueba antes que tu, quería volver a ser humana, pero fallé — la muchacha seguía llorando — ¡Yo tenía mis recuerdos! ¿Sabes lo extraño que es eso?

Derek no contestó, sólo la escuchaba.  

— Se supone que los  que se vuelven dragones no los tienen, por eso creo  que fue un error, yo no  debía ser dragón— exclamó desesperada, seguía llorando.

— Lo siento — dijo Derek, la chica continuó hablando.

—Yo debía evitar que cumplieras tu misión, de esa forma saldría—ella se había calmado un poco pero seguía llorando —  ahora que he perdido mis poderes no podré salir nunca, a pesar de que me volví humana al fin, no puedo salir.

“¿No hay una solución?” se dijo Derek y miró su medallón que seguía rojo.

—Entonces es así — se dijo.

El chico se paró junto a la fuente. Se quitó el Talismán del cuello y lo tomó entre sus manos.

—No sé si sea lo mejor  — exclamó — Todo este tiempo me guiaste por el camino correcto, pude transformarme, pude pasar la prueba pero — hizo una pausa — No puedo vivir siempre esperando que tengas las respuestas correctas, aún si las tienes… No quiero, prefiero equivocarme en el camino.

Derek soltó el medallón, lo dejó caer en la fuente y volvió al lado de la chica.

Se paró frente a ella, sonrió y la tomó de la mano.

— ¿Qué haces? — preguntó confundida la chica.

—Ten— dijo dándole la llave — quizá si la tomamos al mismo tiempo y abrimos la puerta podamos salir juntos.

Ella sonrió y se secó las lágrimas, no sabía si iba a funcionar pero quería intentarlo. Se dirigieron a la puerta.
Los dos se miraron con una sonrisa, nerviosos tomaron la llave y la pusieron en la puerta.

—Ojalá funcione — dijo ella deseado que se abriera.

Para sorpresa de ambos, la puerta azul se abrió.

Tras la puerta había un acantilado, y más lejos podían ver otra montaña.

—Vámonos — dijo Derek sonriendo.

El muchacho se transformó y la dejó subir en su espalda.  Se elevaron y al mirar abajo  vieron la pequeña glorieta, ahora era un pueblo grande, en el centro vieron a Sofía y a su padre que  decían adiós. Los dos jóvenes se fueron hacia aquella montaña, contentos de haber salido juntos.
Este es un cuento que escribí para :iconpapersun96:
La primera parte (la que esta en cursiva) es un sueño que ella me contó  y yo lo escribí así. Derek también es de ella :).

Dibujo de :iconpapersun96:

Gracias a :iconsoftbluewind: por las correcciones y los ánimos! :D 

Aún estamos haciendo algunas correcciones :) 
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Comments7
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HoshiBlue21's avatar
Pues esta muy bello el cuento de Derek que se transformó en dragón! esos cuentos me encantan!
un gran trabajo!